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Sentir que siempre me das la mano aunque estés lejos, que siempre estás junto a mí, cuidándome y haciéndome feliz cada segundo de mi vida. Esa sensación de aquel abrazo infinito, que me hace inmensamente afortunada, afortunada de que te dejes amar como tantísimo te amo y de que tú también lo hagas como yo.
Gracias por aparecer en mi vida, por demostrarme que los ángeles existen y que el mío es el mejor de todos, el único.
Gracias por ser mi vida y hacerme sentir así.
Gracias por aparecer en mi vida, por demostrarme que los ángeles existen y que el mío es el mejor de todos, el único.
Gracias por ser mi vida y hacerme sentir así.
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