domingo

Pequeño nudito en el estómago que antes estaba formado por mariposas y ahora por dolor, por tensión acumulada y por besos no dados. Su cuerpo se desplomó de forma voluntaria sobre aquella cama fría, ancha y vacía como siempre. Sus ojos oscuros comenzaron a volverse de otro color teñidos por aquellas lágrimas saladas. Esa respiración pausada provocada por un corazón pequeño y fuerte que se piensa el seguir latiendo, mueve ligeramente la lámpara situada justo sobre ella. Su pelo rizado acariciaba el suelo y sus brazos abrazaban sus propias caderas pues los de nadie más querían rozarlas. Los dedos de sus pies se movían ligeramente al ritmo de los graves de aquella canción y de repente sus párpados se cerraron, pesaban demasiado como para mantenerlos abiertos. Un mundo maravilloso apareció de la nada acosado por todos aquellos recuerdos que se ataban a sus piernas impidiéndole andar. Un millón de tormentas le rodeaban y el frío provocaba que su piel se erizase. Preguntas sin respuestas relantizaban su respiración y su aliento se volvió gélido.

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