domingo

Abrió la ventana; el aire acariciaba sus dorados rizos y sus lágrimas brotaban sin cesar. Sentía como cada poro de su piel se abría de par en par, como el viento traspasaba su cuerpo. La claridad de su piel gritaba en silencio.
Gestos de dolor dominaban su cuerpo, su corazón quería reventar. Alguna luz podría salvar aquella alma, no estaba cerca, todo dolía.
Se repetía mil veces que todo aquello le iba a salir caro, que ni una oportunidad más, pero su razón le impedía escuchar nada.
Respirar era imposible, sus sollozos le asfixiaban...

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