jueves

Cerraron sus ojos las lágrimas, y no volvió a abrirlos jamás. Creaba un arte distinto y lo hacía todo especial. Nunca dolieron tanto sus sollozos, nadie dibujaba su sonrisa y sus latidos eran cada vez más tenues. Ella lo intentaba, pero todos sus intentos eran simples imitaciones de lo que veía. Cada pequeño detalle era un mundo, le abrumaban las horas y no sabía fingir, nada podía hacerle felíz y ella no podía más. Todo se posaba en sus hombros, y cada vez le temblaba más el pulso.
Todo continuará sin ella, no le echarán de menos y sus lágrimas harán un favor al mundo con su ausencia.

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